Como una presa que se ve envuelta en una y otra capa de la fina pero destructiva tela , cada vez más inmovilizada y con el claro destino de no poder hacer nada. Así es como estamos al cabo de los años.
Esta trágica imagen por parte de la presa , refleja muy bien lo que tantas veces hacemos con la vida .
Nacemos felices , la mayoría. Y nuestro querer de bebes es algo tan simple y mágico como ser amados y aceptados por papá y mamá. Aquí empieza una carrera de fondo: haremos cualquier cosa por que esto suceda, aún a costa de perder o maquillar nuestra esencia, quienes somos.
Y van pasando los años, y un día, no nos reconocemos . Pero la vida sigue y su ritmo no para, hay que seguir.
No sabemos muy bien a dónde vamos , ni sabemos muy bien quienes somos, pero seguimos, sin tiempo, a no se sabe donde .
Mientras, poco a poco, de forma sutil y absurda , nos vamos envolviendo de capas, maquillajes , caretas. Alejandonos de nuestra esencia, la más bella y abundante, que constituye la clave para abrir cualquier bienestar que se nos antoje .
Y sin ser del todo conscientes, cada vez nos reconocemos menos .
Pero la vida es muy sabia . Y nos para, siempre nos para. Nos da un alto en el camino. El bienestar que merecemos no está en esa dirección, nos grita.
Pero exige, y no hay rebajas ni chanchullo posible, que para recobrar la esencia propia, cada uno debemos tener el coraje de elegir quitarnos una a una las capas que nos enturbian el camino.
Es difícil; heroico en atrevería a decir.
Porque se sufre y se teme.
Pero se teme perder lo que ya está perdido. Y se sufre lo que ya se está sufriendo.
En cambio, si optamos por eliminar esas caretas, que liberación y frescura sana, que gusto da despojarse de esas falsas capas . Que fuerza, que paz. Vale la pena .
Una detrás de otra . Hasta reconocer esa imaginen inicial y original, única .
Y como por arte de magia, todo fluye, todo va bien.
Y del corazón brota un enorme Gracias .
Solo hay que ser valiente y mirar hacia dentro. Ser firme y guardián de quien se tiene al lado.
Y sobre todo, ser noble y sincero con uno mismo.
Silenciar las falsas voces que gritan absurdos consejos de que es lo correcto, que lo haces por evitar sufrir.
Sin miedo, decidido, despojate de quien no eres y reclama tu lugar. Porque cada uno somos una estrella que brilla con luz propia . Vale la pena . Que bien se está .